
por Luciana Murzi
Sirkis, Silvia. A Antonio le gustan los monstruos: un cuento para conocer a Antonio Berni. Buenos Aires: Arte a Babor, 2009.
Ilustraciones de Tomi Hadida y Walter Davenport.
En la tapa sobresale un personaje de anteojos y sonrisa amable que lleva una bolsa repleta de desechos-materiales: es Antonio, es Berni, y en esa bolsa van los orígenes de Juanito Laguna, Ramona Montiel y otros personajes-obras. En segundo plano, un pesadillesco monstruo berniano. Artista y obra se van anunciando así en un plano íntimo, ideal para despertar en los chicos la curiosidad de saber cómo y por qué un hombre elige hacer arte con las cosas que la gente tira a la basura.
En coherencia con el espíritu de Berni, este libro se funda en la propuesta de la imposibilidad de abordar la obra artística sin considerar al artista y su contexto. No hay, en estos términos, obra impermeabilizada de la vida. Silvia Sirkis nos presenta a un chico que va creciendo hasta convertirse en uno de los principales referentes de la pintura argentina. Un juego, una búsqueda, un hallazgo. El libro también es un recorrido por el aprendizaje, las distintas técnicas, adhesiones a movimientos artísticos y situaciones históricas que van configurando una estética específica, caracterizada por el compromiso social y por la renovación del lenguaje artístico. Se funden en Berni el gesto plástico y el gesto político y de allí surge una obra que, inseparable de su contexto social, coloca en el centro de sí misma a los desocupados y a las problemáticas intelectuales de la época. La pintura de Berni es una pintura que solo puede ser pensada en consonancia con la vida, como una manifestación de libertad y amor. “El arte es una respuesta a la vida y ser un artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones", dijo Antonio alguna vez.

Son celebrables la idea y la edición de los libros de Arte a Babor, la escritura de Silvia Sirkis y la armónica convivencia de las ilustraciones con la obra del artista. Y, por supuesto, también la invitación a los chicos para disponer de una mirada propia y exploratoria sobre el arte.
Haber conocido a Antonio desde la intimidad de este libro fue un placer enorme.
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