lunes, 5 de mayo de 2014

Las queridas

Pisos, Cecilia. Querida autora. Buenos Aires: Norma, 2013.

Son dos las protagonistas de esta historia: la entrañable autora de literatura infantil Felicia Lupi y su fiel lectora Lucía (“Lucía Black” en el inicio y “Luci Lin” en el final, cambio nominal que evidencia una transformación de su identidad y también la profundización del vínculo entre los dos personajes).
Narrador no hay. La totalidad de la trama está desarrollada mediante intercambios epistolares vía Internet. Leemos los mails que Lucía y Felicia se escriben, pero también correos de otros personajes secundarios.
Cada cual con su particular estilo de ser, de escribir y de dirigirse a su interlocutor. Todas esas voces configuran un panorama de lenguaje de lo múltiple, y así van armando no solo el mundo de los hechos, sino también el de los sentimientos y sus interrogaciones.


Reflexionar sobre el acoso entre compañeros de escuela es actualmente una actividad frecuente y necesaria; la violencia en el ámbito escolar está en plena vigencia. Y este libro es ideal para combatir esa violencia y ponerla en ridículo.
Lucía comparte con un grupo de amigas un club secreto y privado: “Club de las Cucarachas Voladoras”. Pero las actitudes inapropiadas y nada solidarias de una de ellas, Belén, desarmoniza lo que debería ser puro juego y alegría. Belén creó el club y lo hizo secreto: lo aisló, lo incomunicó, lo anuló como espacio comunitario. Ella es una chica envidiosa y autoritaria que impone sus deseos e ideas en el grupo cerrado. Las demás le tienen miedo y, por eso, se someten y hacen cosas que no deberían hacer.
Pero Lucía comienza su comunicación con Felicia y se anima a contarle cosas. Sus padres no saben nada del club secreto ni del despotismo de Belén. Quizás Lucía se lo cuenta a Felicia porque la considera en algún punto una figura virtual. ¿Hasta dónde puede intervenir una autora de LIJ en los conflictos infantiles? Está su literatura, pero también su persona.
La figura del autor aparece en este libro vinculada a su propia obra, pero también a otra escritura: la personal. Y asimismo, a una lectura: la de la intimidad de sus lectores. Por eso, se dibujan varios movimientos de práctica de lectura: por un lado, Lucía se gana el contratítulo de “Querida lectora” y, por otro, los roles se intercambian constantemente y las dos protagonistas, Felicia y Luci, son a veces lectoras y otras veces escritoras.  


1 comentario:

Unknown dijo...

http://creacionespersonalesjfc.blogspot.con/